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Mostrando entradas de mayo, 2014

Las cavilaciones

Cavilar, pensar, repensar, analizar, planear, organizar, cavilar, cavilar, cavilar.  Me gustaría, como una vez escribí , tener un maldito botón que pudiera apagar ciertas zonas de mi cerebro, en concreto esas que se pasan las horas vivas convirtiéndolas en horas muertas que no sirven para nada, horas en que mi materia gris se pinta de gris a sí misma y se hace languidecer, llenándose de cavilaciones innecesarias, de planes mentales que fatigan por el simple y llano hecho de que para conseguir un objetivo ya trazado, hay que ponerse manos a la obra en lugar de seguir calibrando y sopesando opciones, hay que pasar a la acción y dejar a la reflexión descansar. Pero no dispongo de ese botón y soy nula, inútil, un cero a la izquierda, en eso de saber parar de pensar y actuar. A mis neuronas les gusta más sentarse en círculo y pasarse la pelota de una a otra, tantear una y otra vez las posibilidades y jugar a varias voces. Y si... Y si... Y si... ¡Caray! Ese "y si..." ya no podemo

Coplas a la muerte de su presente

Si cualquier tiempo pasado fue mejor ¿para qué seguir viviendo sabiendo que lo que vendrá después no será suficiente, teniendo presente que el recuerdo es el único aliciente y la nostalgia un malvivir? Si cualquier tiempo pasado fue mejor ¿por qué empeñarse en batallar con los pretéritos para que se vuelvan atemporales, si con cada día que pasa la memoria se acompasa e insiste en arañar? Si cualquier tiempo pasado fue mejor ¿qué importan entonces el mañana, los sueños, los planes, todas las vanas esperanzas, que más dará que vuelvan las oscuras golondrinas si ya no son las mismas? Si cualquier tiempo pasado fue mejor... Y lo fue.