Caligrafía de rey
Tengo veinticuatro años y una inabordable cantidad de palabras escritas sobre el papel a mis espaldas. No recuerdo cuándo fue la primera vez que tracé una letra con un lápiz, pero me imagino que lo primero que mi madre me enseñó a escribir fue mi nombre. Mi nombre es de los difíciles, tal vez me llevó algún tiempo hacerlo perfectamente, pero sin duda fue algo socorrido. Recuerdo escribirlo por todas partes, con bolígrafos y rotuladores de colores; supongo que todos lo hacemos, queremos dejar nuestra identidad impresa, marcamos nuestra presencia con un nombre. Fuera del colegio, los primeros textos que seguramente empecé a redactar fueron las cartas a los Reyes Magos; mis padres las conservan aún, y en ellas se ven faltas de ortografía y una letra irregular, redonda y gorda, muy marcada. En las cartas se aprecia como cada Navidad la caligrafía mejoraba, hasta que pasé a escribir también las cartas de mi hermano pequeño cuando él aún no sabía hacerlo. En una fecha las cartas se deti...