Burbuja
Cuando aún ni la sal del mar ha cubierto los poros de mi piel dejándolos blanquecinos ya me estoy ahogando sin remedio a la deriva en los días que vendrán en este océano tan largo y a la vez tan corto que es el verano de mis diecinueve años como diecinueve olas que me hundirán y me dejarán sin aire para respirar sumergiéndome en un torbellino estival de agua que me retorcerá como ha hecho tantas veces hasta quitarme el aliento y soltarme bruscamente en el mismo lugar donde empecé pero sin una burbuja de aire para poder volver a comenzar.
¿A qué si relees esta entrada ahroa te resulta graciosa? Y seguramente en ese momento todo era negro y oscuro. Es curioso como el tiempo cambia la perspectiva de uno y trae nuevas burbujas para seguir respirando.
ResponderEliminarDe graciosa nada, me parece que sólo hay que cambiar diecinueve por veintidós, o sea que... más bien agobiante y triste. Ay jaja prefiero ni leer estas cosas. Las burbujas siempre se me acaban gastando.
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