Madrugadas en vela
Yo soplo el viento que empuja a esta vela de este barco de esta madrugada en la que me mantengo despierta navegando a la deriva.
Yo soplo el aire que da fuerzas a esa vela que me mueve y me marea.
Yo soplo a la vela que tira de las riendas de la nave de la noche.
La vela, que naufraga.
Y en el cajón un candil flotando en el océano.
Yo soplo el viento que empuja a esta vela a extinguir esta llama esta madrugada en que me mantiene despierta escribiendo a la deriva derivadas.
Yo soplo el aire que fuerza a esa vela a extinguirse mareada.
Yo soplo a la vela que es la luz que tira de la nave de la noche.
La vela, que se apaga.
Y en la mirada fuego y en sus fauces rabia.
Madrugadas en vela. Madrugadas descompensadas, injustas, malogradas.
Madrugadas de insomnio, de anorexia mental, de bulimia impersonal.
Madrugadas de cera, de bombillas, de calor y de oscuridad.
Madrugadas sinceras, malvadas, de suspiro letal.
Madrugadas dispuestas a asesinar al más valiente, al más osado.
Madrugadas que esperan el suicidio de otro calendario.
Madrugadas que quieren sumirme en otro letargo.
Madrugadas en broma, en serio, en blanco.
Madrugada.
La vela, apagada.
La en vela, naufragada.
Y en el cajón un candil flotando en el océano de fuego y rabia.
Patricia gracias por haber añadido un enlace de mi bitácora en tu blog. Aprovecho para enviarte un saludo y decirte que coloqué un vínculo en mi blogroll, en la sección 'dípteros'. Recibe un cordial saludo.
ResponderEliminarGracias a ti, es un verdadero honor. Adoro todo lo que escribes!Muchas gracias y un saludo cariñoso!
EliminarEl dado, ahora pixelado, siempre me sorprende. Este soliloquio mola, además me lo he imaginado con alguien, quizá un preso, recitándolo. (Aunque con lo del océano no pega mucho, pero bueno, yo me entiendo)
ResponderEliminarUn abrazo!
¡Mi dado sin pixelar ha vuelto! :D
EliminarImaginas bien, lo escribí en una de mis noches en la cárcel del estudio, de la que sigo siendo presa jajaja.
Me alegra mucho que te haya gustado, y gracias por leerme :)