2015
Escribir es una forma de hablar sin ser interrumpido.
J. Renard.
Esta mañana he abierto el cuaderno donde desde hace mucho tiempo apunto los libros que leo cada año para anotar el último del 2014 y escribir con tinta verde un 2015 encerrado entre dos guiones, que no se escape, poniendo título así a la siguiente lista que espero este año sea más larga.
Al acabar, he ido como siempre al compartimento trasero "secreto" que tiene la libreta. Allí antes solía almacenar pequeñas notas con lecturas pendientes, sugerencias, incluso citas o frases que me habían gustado. Con el paso de los libros y los años me he ido haciendo más organizada y ahora tengo otros cuadernos donde apunto esas otras cosas.
Pero en el pequeño pliegue permanece, como siempre, oculto, un papel doblado, encerrando un intento frustrado de poema, muy breve, pero muy conciso, que debí escribir allá por el 2005 ó 2006.
Sé que rondaba los catorce o quince porque recuerdo perfectamente cómo estaba mi mesa de escritorio, recuerdo cómo lo solté sobre el papel sin miramientos, sin pensar mucho, sin contar métricas (aunque guardan cierta rima desordenada), solamente vomitando las palabras que en ese momento tenía dentro y me asfixiaban, que me sonaron bien, y recuerdo bajar al cuarto de la galería donde mi madre estaba planchando y enseñárselo.
Ya se sabe que hay ciertas cosas que se recuerdan nítidamente, con todo lujo de detalles, y otras que se volatilizan de nuestra mente sin piedad. Este recuerdo es nítido, mi mano colocando el papel sobre la tabla de planchar, y mi voz más niña y con vergüenza, mira mamá, ¿quieres leerlo? Y mi madre de espaldas, tras recorrer los pobres versos, diciendo, ¿por qué has escrito esto?, ¿te sientes así? Y yo, no sé porqué, tuve que aguantarme las lágrimas.
Puede parecer mentira, un adorno para esta pequeña historia, pero prometo que sentí que el cuarto me tragaba, que mi mente me gritaba, ¡no lo sé!, ¡no lo sabes!, ¿por qué has escrito eso? No era para tanto, no tenía tanta relevancia el intento de poema, pero de pronto me sentí expuesta, desnuda, como nunca antes me había sentido con los fugaces cuentos e historias que hasta entonces había escrito y enseñado.
Con ese poema y esa pregunta, ¿te sientes así, por qué lo has escrito?, mis sentimientos plasmados en papel adquirieron otra dimensión. El poema es éste:
Al acabar, he ido como siempre al compartimento trasero "secreto" que tiene la libreta. Allí antes solía almacenar pequeñas notas con lecturas pendientes, sugerencias, incluso citas o frases que me habían gustado. Con el paso de los libros y los años me he ido haciendo más organizada y ahora tengo otros cuadernos donde apunto esas otras cosas.
Pero en el pequeño pliegue permanece, como siempre, oculto, un papel doblado, encerrando un intento frustrado de poema, muy breve, pero muy conciso, que debí escribir allá por el 2005 ó 2006.
Sé que rondaba los catorce o quince porque recuerdo perfectamente cómo estaba mi mesa de escritorio, recuerdo cómo lo solté sobre el papel sin miramientos, sin pensar mucho, sin contar métricas (aunque guardan cierta rima desordenada), solamente vomitando las palabras que en ese momento tenía dentro y me asfixiaban, que me sonaron bien, y recuerdo bajar al cuarto de la galería donde mi madre estaba planchando y enseñárselo.
Ya se sabe que hay ciertas cosas que se recuerdan nítidamente, con todo lujo de detalles, y otras que se volatilizan de nuestra mente sin piedad. Este recuerdo es nítido, mi mano colocando el papel sobre la tabla de planchar, y mi voz más niña y con vergüenza, mira mamá, ¿quieres leerlo? Y mi madre de espaldas, tras recorrer los pobres versos, diciendo, ¿por qué has escrito esto?, ¿te sientes así? Y yo, no sé porqué, tuve que aguantarme las lágrimas.
Puede parecer mentira, un adorno para esta pequeña historia, pero prometo que sentí que el cuarto me tragaba, que mi mente me gritaba, ¡no lo sé!, ¡no lo sabes!, ¿por qué has escrito eso? No era para tanto, no tenía tanta relevancia el intento de poema, pero de pronto me sentí expuesta, desnuda, como nunca antes me había sentido con los fugaces cuentos e historias que hasta entonces había escrito y enseñado.
Con ese poema y esa pregunta, ¿te sientes así, por qué lo has escrito?, mis sentimientos plasmados en papel adquirieron otra dimensión. El poema es éste:
Navego en el mar de la soledad,
palabras para no naufragar doy.
Como el agua es mi tinta, sin edad,
sonidos de espuma,
versos en los que voy.
Historias y almas con caducidad,
a quien las lea entrego lo que soy:
la voz y la pluma.
Ocho versos, tal vez con no mucho sentido, escritos por una pluma temblorosa e inexperta pero que expresaban toda una declaración de intenciones, una voz no tan temblorosa, una premonición para mi "yo" del futuro que estaba destinado a entender mejor esas líneas, pues ahora, con 23 años, sigo sintiéndome dentro de ese poema, en ese mar tratando de que esa tinta no se oxide, dando brazadas para que aún se me pueda oír, para al menos oírme yo.
Y hoy empieza el 2015, y como cada año todo el mundo habla de nuevos propósitos, de hacer balance, de cerrar círculos pasados, de reorganizar los sueños. Yo recupero este poema. Hay sueños que simplemente permanecen ahí, que se hacen un compartimento trasero secreto a un lado del corazón, y tal vez empiezan a cubrirse de telarañas, a dejarse olvidar, pero nunca mueren.
Ésta debe ser la entrada absolutamente más sincera de este blog, en ella no hay invenciones, no hay literatura ni imaginación, no hay otros personajes que lleven mi voz ni soy yo con la voz de otros personajes. Es sólo un recuerdo, un poema que forma parte intrínseca de mí, unos versos secretos. De nuevo, como cuando rondaba la adolescencia, me siento expuesta, desnuda.
Me pregunto cómo deben sentirse los escritores "de verdad", esos que son leídos por miles y millones de personas, ¿no tendrán miedo de que los juzguen, de que los lectores se metan dentro de las páginas y confundan, de que crean ver al escritor diciendo esos diálogos? Al fin y al cabo son suyos, el narrador plasma sus propios miedos y lucha contra ellos, el poeta exprime sus vivencias y dibuja sus sentimientos, ambos exponen el corazón para que quien los lee juegue con él y se desangren juntos.
No, no es miedo. Es necesidad. De ser escuchado, de ser leído, de vivir a través de las palabras, de matar la soledad escribiendo. Que "con un libro entre manos, sabes que no estás solo".
No haré, pues, listas de deseos de año nuevo, ni objetivos o planes que no cumpliré, ni tan siquiera un cuidado y petulante discurso motivador, estoy demasiado desilusionada para eso. Después de un 2014 lleno de turbulencias, de vaivenes, de montañas rusas, yo de este año sólo espero reencontrarme con mi esencia, tal vez la de la niña que escribió sin saber porqué aquellos versos inocentes, pero hallar por fin, un poquito, el botón de reset.
Espero que todos lo encontréis.
Pero antes de acabar este discurso de inicio de año un poco caótico e improvisado, sin duda hay algo muy importante que tengo que hacer como novedad bloggera: dar las gracias a todos los que habéis hecho que este blog esté un poco vivo. Sé que lo tengo abandonado últimamente, y lo que es peor, que tengo abandonados a los otros blogs que me encantan y suelo leer y comentar, pero me comen la universidad y otras cosas y he tenido que hacer un parón literario y virtual. Lo siento. Aún así, os leo siempre que puedo desde el móvil aunque no comente.
Y si quiero daros las gracias es por todo lo que me habéis leído este año, por el interés absolutamente desinteresado, por vuestras palabras motivadoras y vuestro apoyo, por los halagos y las críticas, por vuestra presencia que se ha vuelto muy importante para mí, por aparecer de las esquinas de internet como algo mágico e inesperado; por leerme, sin más.
Gracias especialmente a Framboise, Sofya, Óscar, Gata, Miguel, Andoni, Diego, Valaf, Mónica, Pedro, José Javier, y a cualquiera que haya gastado un segundo de su precioso tiempo en leer alguna de mis líneas. Lo valoro infinitamente.
Gracias y feliz 2015.
¡Nos leemos!
Gracias y feliz 2015.
¡Nos leemos!
Supongo que por esa sinceridad me ha llegado tanto, la historia, el poema y lo que lleva detrás. De corazón te deseo que encuentres ese botón de reset, esa serenidad y esa esencia (y no busques demasiado lejos que está ahí, he tenido ocasión de verla).
ResponderEliminarY gracias a ti por compartir tus letras, ya sabes de sobra lo que pienso de tu forma de escribir.
Un abrazo enorme y feliz año!
Gracias Miguel :) Siempre es un honor que me leas, que te guste, y que me corrobores en este caso que la esencia existe!!! Igual soy más capaz de sacarla con una cerveza delante jaja.
EliminarUn abrazo enorme, Miguel (Suárez).
Yo personalmente no te juzgo ante tus letras, simplemente me siento, me relajo y disfruto de ti. Es como cuando pillas una onza del chocolate negro que más te gusta y te lo echas en la boca haciendo el papel de caramelo. Cuanto más de ti hay en tus palabras es cuando mejor me saben. Es un lujo que la vida me haya llevado a ellas, como parte de lo que me ha llevado a ti.
ResponderEliminarY cuando me acuerdo de ti y no estás:
"Buceo cuando te necesito, sola, tú, personal/
a mi lado en agua entre las moléculas/
a ver si hay alguna de tu tinta o de tus ojos para mirar/
y rescatarme con tu sonido, quien soy, y con tu paz/
en un rato de ti como una tregua."
Así que cuando sientas que vas a naufragar y no te salga escribir como te sientes, métete debajo del agua que por allí estaré buceando.
¡¡¡ENMARCA ESE POEMA!!!
Pd: lo que cuenta no es la experiencia, sino los sentimientos (son ellos los que dan forma a las manos, lo otro son solo cayos de tanto escribir).
Mmmm chocolate, yo quiero! Es un lujo para mí que la vida haya hecho que tú me leas, y que yo pueda leerte, y compartir tanta prosa y poesía.
EliminarPor cierto... hoy (me) llueve en Murcia :)
Poema enmarcadísimo, al igual que el tuyo.
Un abrazo!
Me sorprendió enterarme de tu edad cuando te leí la primera vez, paisanica, por la madurez, la profundidad y la técnica que demuestras escribiendo. Ahora lo entiendo si con 14 años escribiste ese verso escondido y afortunadamente recuperado para todos nosotros. Pero no quiero ahora elogiar tu forma de escribir, debes estar un poco cansada de que tantos lo hagamos :) Solo te transmito un deseo: no dejes nunca de ser tú. Si quieres escribir, escribe; si no, no; si quieres esconder escritos ocho años, escóndelos; si los quieres mostrar, muéstranos tu sinceridad, tu frescura, tu imaginación, tu cómo, tu cuándo. En la seguridad de que te vamos a leer con interés y, en mi caso al menos, con cariño (no en vano me he proclamado tu abuelico virtual :)
ResponderEliminarLa verdad es que nunca jamás me canso de leer vuestros elogios, yo pienso que vosotros os cansaréis de leer mis respuestas diciendo que no los merezco, pero no es falsa modestia, en verdad es increíble para mí leer vuestros halagos y la ilusión y el cariño con que me leéis, nunca podré cansarme de eso, es simplemente maravilloso!
EliminarGracias, abuelico virtual, porque es el mejor consejo que me podrías dar :) Lo intentaré.
Un besico de tu nietecica.
Las historias, las reflexiones, los versos son circunstanciales. Algunos se diluyen, se difuminan con el paso de los años, evolucionan, se distorsionan.
ResponderEliminarA veces hasta se pierden y mueren ¿sabes?
Pero las almas, por mucho que se escondan durante años o décadas en las páginas secretas de las múltiples carpetitas ;) , al contrario, se nutren y se enriquecen con sus silencios y sus gritos.
Pueden ser gritos de alegría o de rabia, de duda o de impotencia, de hambre o de deseo de comprender(se) pero escribir, para sí o desnuda frente a los demás, es siempre un grito de amor.
Quiérete, peque, reseteando. Cualquier fecha sirve ;)
Y te quedan muchas fechas por delante.
Aquí estaré yo también con todo mi cariño y sin interrumpirte. :)
Tú siempre con la mejor reflexión, la mejor forma de expresarte y el mayor cariño y ternura, gracias Fram :) :) :)
EliminarMis alas de lechuza te agradecen infinitamente todos los consejos que siempre me das, toda tu experiencia transformada en palabras. Gracias por leerme y por gastar tiempo en darme esos consejos y palabras. Leerte me serena y pone las cosas un poco en su sitio.
Gracias por tu positivismo y tu presencia, de corazón.
Un besazo de un alma henchida y un grito de amor!
Nunca temas el daño que alguien pueda hacerte por leerte, hace falta mucho más que saberse de memoria lo que escribes para llegar a tu interior. No daña el que quiere. Daña quien puede.
ResponderEliminarDe todas formas supongo que con los años uno va desarrollando mecanismos y herramientas para salir adelante y que esto no le afecte lo más mínimo, la prueba es que aquí sigues compartiendo con todos ;-)
Un fuerte abrazo.
Sé que tienes razón, Óscar, porque tú mismo escribes con el corazón en la mano :) Gracias por las palabras y por leerme.
EliminarUn abrazo fuerte.
PD: Gracias a ti por venir a regar las plantas de vez en cuando ;-) siempre es un placer venir.
ResponderEliminarGracias a ti por ser una de mis plantas :D jiji
EliminarGracias por abrir y compartir parte de tu alma, de tu esencia y tu belleza infinita. Como decía una de tus fotos del instagram, ya en este año nuevo no cabe nada del pasado. Tienes una nueva alfombra, limpia, de mil colores, que decorarás a tu antojo, a pesar de los tirones, y las raspadas de las caídas, harás una linda corcha con tus nuevos poemas, tus risas y viajes, Seguiré como un pirata, mirando a través del catalejo todas tus hazañas. Eres luz para muchas bombillas apagadas. No dejes de escribir, sentir, vivir cada minuto de tu aurora hermosa, joven y plena. 15 mil versos para este año. Pedro.
ResponderEliminarRuborizada leí y ahora contesto este comentario. GRACIAS Pedro, por insuflar mi alma desde que afortunadamente nos conocimos y por ser tan especial y sensible. Tejeré esa alfombra, ayudad por el apoyo y la positividad y belleza de palabras como las tuyas, de las cosas bonitas que compartes y leo y visualizo, porque las buenas personas irradian eso.
EliminarOjalá siempre sigas mirando por ese catalejo, y ojalá tu alma de pirata surque muchos mares este año y seas muy feliz, azul y pleno. 15 millones de versos/besos :)
ME QUITO EL SOMBRERO, Patricia. 23 años y escribes con un arte que algunos no alcanzan en toda su vida. Y aquí me acuerdo de un dicho que dice (más o menos): "las canas no siempre son sinónimo de sabiduría, aunque siempre lo son del paso del tiempo. Y la falta de ellas, por juventud, no siempre apuntan a la superficialidad". Y creo que eres un ejemplo muy notable de ello.
ResponderEliminarPara mi es un placer venir a leerte, y eso que te he descubierto hace poco (cliqué desde el lateral de Lady Fram). Y digo más, lo primero es siempre lo primero y no debe pasar nunca a segundo plano, me refiero a los quehaceres que te ocupan y nos comentas. Y cuando hayas conquistado esas cumbres, pues tendrás otras prioridades que te traerá la vida, y siempre deben ocupar el puesto de honor en tu dedicación. Y luego está el blog, bueno, blog o cualquier formato que elijas para escribir (porque no tiene que pasar necesariamente por el dominio público). Resumiendo, que me parece muy sensato y digno de todos los elogios hacia tu inteligencia el saber otorgar a cada cosa el tempo y la ocasión que requieren.
Y dicho esto, TE DESEO UN GENIAL ARRANQUE DE AÑO y toda la suerte del mundo en los proyectos que acometas.
Un besazo!!!
El sombrero me lo quito yo, Valaf, como gesto de agradecimiento.
EliminarNo imaginas la magnitud de la plenitud que siento al leer cosas como éstas, GRACIAS!!!!!
Me alegro mucho de que clicaras en ese lateral del bendito blog de Fram :)
No sé si soy merecedora de las palabras que me dedicas, pero sin duda las cojo con honor y agrado, me alegra mucho que te guste lo que escribo, gracias siempre por leerme, y por entender lo de las prioridades (acabo de terminar los exámenes!). Te digo también que aún no tengo ni una sola cana :P
Genial arranque de año para ti también, ojalá que sigas profesando esa felicidad y positivismo que puedo leer en tu blog.
Un abrazo!!
Gracias a tí siempre Patricia por regalarnos esas descripciones tan trabajadas y bellas.Que tengas un 2015 fantástico maja!
ResponderEliminarBesos!! ;)
Gracias siempre también a ti Sofya, por todo, tú ya lo sabes :) Un abrazo enorme cerca del mar.
EliminarEspero que encuentres esa estabilidad en este 2015 y que el viento sople en la dirección deseada. Un beso muy grande :).
ResponderEliminarMuchísimas gracias y bienvenido a este blog, ojalá tú también seas dirigido a donde quieras que te lleve tu viento, un abrazo! :)
EliminarLo primero, gracias por el privilegio de ver ese compartimento secreto del libro por el que pasan tus años. Esa desnudez es la que más nos acerca a quienes nos buscamos trabajando las palabras que nos hacen. Uno se siente expuesto, pero a la vez más unido que nunca a los que le leen. A mí me encanta encontrarme en tus letras.
ResponderEliminarPor cierto, el poema es fabuloso. Y más añadiendo el verso de la madre preocupada. La mirada que se descubre del otro lado, como un prisma. Es como si las palabras nos recordasen que, a pesar de todo, tampoco son nuestras. Escribes pero las palabras moldean un camino distinto para el que mira. Quizás por eso uno no puede dejar de escribir...
Un beso y un abrazo inmenso Patricia. Este año también te necesitaremos ;)
Andoni, gracias a ti por tu presencia constante en mi blog, por leerme y por analizarme y por tus siempre bonitas palabras. Cómo tú dices, esa exposición tan personal nos une, y eso es lo precioso de leernos.
EliminarMe llena que te guste el poema :) la Patricia de 14 años sonríe mucho.
Un abrazo enorme Andoni, yo también os necesitaré a vosotros :)
Aquí estoy, desde una de esas esquinas que me encanta torcer para leer cosas como las que tú escribes. Dijo Fito: un día tuerces una esquina y te tuerces tú también. Pues eso, a ver si se me pega algo... pienso seguir gastando muchos segundos de mi tiempo leyendo tus líneas.
ResponderEliminarBesitos en línea recta. Y un abrazo.
Gata, siempre me escribes líneas que me animan a seguir y que me hacen pensar que igual tienen algún sentido y propósito mis propias líneas, así que GRACIAS.
EliminarAlgunos saben escribir recto con reglones torcidos, ¿no? Los demás intentamos aprender, y si nos torcemos como dice Fito, que nos torzamos felices! :D
Un abrazo enorme!