Caligrafía inicial de agua

Ella sentía que no pertenecía a ninguna parte.
Y así era.

Cuando le sobrevenía esa sensación, no podía más que sentarse con las rodillas cruzadas y la espalda apoyada en el aire y llorar. Llorar hasta que el sonido de los sollozos lo calmase todo, llorar hasta que se le olvidara el motivo por el cual lloraba. Llorar y ahogar la pena, porque esa frase hecha no es una metáfora, sino una realidad terapéutica.

Ella era una persona paradójicamente dependiente, pese a saber que nadie dependía de ella; pero no lograba entender que el resto de la gente no supiera de la reciprocidad. El mundo tenía oscuros secretos que ella no conocía, porque cuando los empezaba a desvelar, otra tela negra caía sobre ellos ensombreciéndolos más y más. Y así nacían las mentiras que la rodeaban, algunas de ella podridas hasta la hipocresía.

El agujero de lágrimas que la absorbía cuando sentía que se acababa el mundo solía empezar por un problema pequeñito, alguna tontería que hería su fina coraza. El defecto de ésta era que, lejos de protegerla, la exponía más a los desprecios de la raza humana, pues se caracterizaba por la hipersensibilidad, y por dotarla de una capacidad de amar y querer que conseguían que se encariñara verdaderamente de la gente, de corazón. Algo a lo que muy pocos correspondían, por no decir ningunos. Así, problemita a problemita, arañazo a arañazo, ella se iba encogiendo más y más en su caparazón casi transparente, hasta que estallaba por dentro cuando la última hoja caía del árbol de la paciencia de su ser.

Entonces rompía a llorar.
Al principio puntuales gotas sobre sus mejillas; luego surcos en la piel que empezaban a limpiar los escombros arrojados, hasta formar un torrencial río de agua y barro por su cuerpo, que iba enjuagándola de pesares y malas sensaciones. La lluvia seguía y seguía, y podía continuar horas si la gravedad del asunto lo requería. Hasta que la final ella, vacía de sentimientos y deshidratada, secaba el escozor de sus heridas y soplaba con los ojos cerrados, como alejando de ella ese final e intentando atraer un nuevo comienzo.
Un comienzo en el que tal vez dejara de estar en medio de todo pero sin estar en nada, para empezar a pertenecer a algo.

Las lágrimas eran su caligrafía inicial.
Y así empieza esta historia.

Comentarios

  1. Y también así acaba.

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  2. :) Patricia, puede que te sorprenda un comentario en un texto ya antiguo pero soy así: me gusta leer a la gente desde el principio y... jo... no sabes cuantos ecos resuenan en mí, con este texto... hace poco me quedé deshidratada.
    Un abrazo

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    1. Oh qué amable eres haciendo algo tan bonito como empezar por el principio! :) Aunque me da mucha vergüenza ajaja tenía los 19 recién estrenados y cuando me leo no me suena muy bien jaja no es que ahora escriba bien pero sí me gusta un poco más, de todas formas no borro mis textos antiguos porque me da ternura leerme, aunque hayan pasado sólo dos años, veo muchos cambios en mí gracias a lo que escribí.
      Espero que no te quedes deshidratada por una causa que no lo merezca Madame Framboise :) Un abrazo enorme y gracias por leerme!

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  3. Jajaja.... esto de "Madame" Framboise... ¡suena mal, muy mal! jajaja
    Mucha gente me llama Fram ;)
    ¿Borrar los textos antiguos?!!! No lo hagas jamás. Son tanto "tú" como los recientes. Y sí, provocan ternura los primeros pasos. :)
    Y los tuyos se me antojan bonitos y con futuro.

    Abrazo y sonrisa.

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    1. jajaaj perdóname, quería decir algo fracés, lady?mademoiselle?jajaja Fram mejor ;)

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    2. nuchas gracias por esas palabras, me harán empezar hoy el día con el pie derecho, un beso y muchas sonrisas de vuelta :) :)

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  4. Hay personas hipersensibles, de esas que cuando van en coche, si otro les pita, después se quedan un rato pensando qué habrán hecho mal (aunque no hayan hecho nada mal). También de esas que cuando tienen una bronca con alguien, aunque haya sido una tontería, se pasan horas y horas pensando en ello... Creo que suelen coincididir los hipersensibles con los que sienten que su sitio está en ninguna parte, que tienen una patria porque lo pone el DNI pero que en realidad se sienten mejor siendo del aire...

    Hay entradas que siento un poco mías. Tal vez esta sea una de ellas. 2011. Luego dices que no venga a este año...

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    1. Jajaja porque parezco una colegiala sensiblera y ñoña escribiendo,jaja por eso no me gusta,aunque lo que ponga ahí siga siendo cierto.

      "Creo que suelen coincididir los hipersensibles con los que sienten que su sitio está en ninguna parte, que tienen una patria porque lo pone el DNI pero que en realidad se sienten mejor siendo del aire..." D'accord :)

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