Cuento de verano VI

Cerró las ventanas, pero a través de los cristales se colaban los rayos arrojados por los faros de los coches, deslizándose entre los arbustos que separaban el apartamento de la carretera, rebotando contra las lámparas de dentro, hacía rato apagadas, y reflejándose en los metales y superficies deslizantes, creando un juego de luces hipnótico y aleatorio. Tras la sucesión intermitente y escasa de coches se adivinaban los mástiles de los barcos del puerto, esperando trémulos y lánguidos al amanecer del siguiente día.

El único punto de luz fijo en el interior de la casa era la llama de un cigarro. El fuego devoraba el papel creciendo en cada calada, sostenida por unos dedos terminados en coral. Con las aspiraciones el punto de luz iluminaba un poco más y acertaba a alumbrar unos ojos surcados de arrugas, quizás ya viejos, pero esa noche jóvenes, perfilados de negro y muy brillantes. La boca humeante se giró hacia las ventanas, el moño bajo y medio despeinado rotando perfectamente sobre el eje del cuello desnudo, y dirigió mirada y pitillo hacia la figura que había limitado el ruido exterior. Rompió el silencio.
-Sabía que, tarde o temprano, acabarías volviendo.
La voz era potente, ligeramente temblorosa pero cortante, con un eco cavernoso que sugería que llevaba años madurando en lo más hondo de su garganta esas palabras.
La figura a oscuras sujetó una cortina con la mano, como ayudándose a mantenerse en pie, e inició a su vez un giro de cabeza.
-El puerto ha cambiado mucho -dijo mirando de soslayo por el ventanal-, aunque no tanto como tú.
-Ya sabes, embarcaciones que se renuevan, que se desechan y cambian por otras, modelos más modernos y espigados, barcos más potentes y rápidos, más caros. Peces gordos que se comen a los pequeños, bancos en el mar con diferencias abismales, bancos en la tierra que crean abismos. Somos un reflejo de lo que vivimos, yo sólo me dejo llevar.
- Llevar con la marea... Por eso ahora vistes ropa de marca y te peinas de esa manera, incluso hueles diferente, en cierto modo a poder, pero carcomido.
- Palabras agradables de reproche para una primera conversación después de... ¿cuántos años?
Sacudió la ceniza en la penumbra como sin darle importancia a los datos, la envergadura de la ausencia venía marcada en los dedos palpitantes y los destellos de los ojos. Continuó.
- Mi olor no me sustituye ni mi imagen me representa, sabes perfectamente quién soy.
El hombre se colocó entonces totalmente recto hacia ella, y en la oscuridad observó sus ojos fulgurantes, como dos brasas de carbón a punto de extinguirse que hacen un último esfuerzo para respirar.
- Te veo ahí, escondida tras la llama del cigarro, el mismo que llevas sosteniendo tantos años, y aunque asoman marcas nuevas en tu piel, sé que esas no son las que te han transformado, las que me hacen no reconocerte.
Se sintió perdido, se arrepintió entonces de haber vuelto, de haber realizado esa llamada desde una cabina del puerto y que ella hubiera contestado al otro lado, sí, aquí estoy, a escasos metros de ti, en el mismo lugar en el que me dejaste. Perdido por creerse ante una extraña.
- No tienes derecho a decirme que he cambiado, si lo he hecho ha sido por tu ausencia, no por mi presencia. No transmutes la historia, no me deformes a mí por el paso de los años. No tienes, no, ningún derecho.

Mantuvieron un rato la mirada, la de ella apagándose tras la llama indómita del cigarro, la de él suspirando y recogiendo la luz de los faros de los coches que seguían rebotando en las paredes a través de los cristales. Y un momento después dejaron de verse, de notar las arrugas del otro en las comisuras de los labios, de entender otra vez que esos mismos labios que ahora decían palabras agrias una vez fueron el aliento mutuo, anhelado y necesitado. Dejaron de verse y pasaron a imaginarse, como en un sueño etílico, cada cual vio el fantasma del pasado del otro, lo que una vez fue, lo que pudo haber seguido siendo, y como en un trance se acercaron y besaron los recuerdos, desnudaron la memoria y la dejaron caer sobre la cama en carne viva, con el corazón que una vez fue joven a flor de piel. Hicieron el amor que un día sintieron y que seguía escondido detrás de los recovecos de sus cuerpos, de una historia mucho más larga, y mientras el cigarrillo se doblaba en cenizas en el suelo y los mástiles de los barcos bailaban al compás de las olas, supieron que en realidad él nunca se había ido, aunque hubiera vuelto demasiado tarde.

Comentarios

  1. Bueno Patricia, conmueve tu relato lo mismo que la vida misma con las historias que protagonizamos a cada paso...Conmueve como el amor que va y viene, que cambia y se disfraza, que nos hace estar en lo más alto y en ocasiones nos lleva a caer...Conmueve que al leerte una pueda hacerse preguntas de ese tipo que todos nos hacemos en un momento dado o sin dar...

    Gracias por tus textos.

    Besos!! :)

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    1. Lo que de verdad conmueve es que me leas con ese cariño que siento a través de la pantalla, gracias por hacerlo y transmitirme esa sensibilidad, gracias a ti siempre.
      Un besazo :)

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  2. Dicen que nunca es tarde si la dicha es buena ¿no? aunque yo prefiero no comprobarlo y hacer lo que siento que tengo que hacer.

    Me recuerda mucho a la trompa azul, sé que sólo tú conseguirás entenderlo :-)

    Un besote.

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    1. Lo entiendo, y nunca es tarde para esperar a por esa trompa azul. :) tú también me entiendes, abrazote enorme.

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  3. Despues de leer este texto, me pregunto cuál será el siguiente capítulo de tu libro...
    Viniendo de alguien a quien no le salen las palabras y siente inercia delante del papel blanco ;), no está nada mal imaginado, pintado y redactado este reencuentro.
    Espero la continuación y (contra todo pronóstico, vistos mis añitos jeje) como soy una positiva empedernida, la espero fuera de un puerto maloliente y mejor enclavada en un ambiente al aire libre, más alegre, menos trágico, abierta como un delta que lleva todo al mar... el mar con sus inmensas posibilidades de futuro...
    :D Lo siento, soy así: positiva por naturaleza y creo que tus protagonistas se merecen, despues de tanto tiempo, una segunda oportunidad. La vida no se para en una habitación con la ventana cerrada ;)
    Sé buena, anda :) Y no nos hagas sufrir mucho tiempo esperando... o me enfado. ;)
    Abrazote grande.

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    1. El mar con sus inmensas posibilidades de futuro, el mar que siempre perdona... Menos mal que hay positivos empedernidos como tú que hacen frente a los personajes pesimistas y oscuros que creo, esperemos que tengan una segunda oportunidad como dices, aún no lo sé. Pero otros la tendrán, y sobre todo sobre todo me quedo con tu preciosa frase :D "la vida no se para en una habitación con la ventana cerrada!!! :D aunque muchas veces nos sintamos inmóviles.
      No te enfades conmigo Framboise ;) a veces desconecto por necesidad o imposibilidad, sufro más yo de no leeros a vosotros!
      Un abrazo inmenso y GRACIAS por estar ahí!

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  4. Hay que tener un don para imaginar una escena como esta y darle esta forma novelada: el texto es soberbio, además que me recuerda algunas escenas en blanco y negro del mejor cine negro. Con ese cigarrillo consumiéndose en la penumbra y alumbrando fugazmente los ojos de la protagonista, no me cuesta imaginar al mismísimo Humphrey Bogart en el papel del prota masculino. Incluso me viene, en lugar del contexto portuario, una concurrida avenida nocturna en New York con las luces de neón rebotando en esas lámparas apagadas de la habitación.

    En resumen, una matrícula para tu imaginación y puesta en escena.

    Un besazo!!!

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    1. No imaginas como me dan alas para escribir tus palabras, millones de gracias por esa matrícula (inmerecida) me satisface muchísimo que te guste, de veras. Yo también lo veía al terminar de escribirla casi como una escena de cine, muy pausada, y en blanco y negro con los toques de color de los labios, los ojos y las manos, y esos destellos de luz. Gracias por tus palabras, no las merezco, y por leerme, un beso!

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  5. La sensación que me tiene la cabeza tras leer esto es que fue real, pero alguien lo noveló después. Pero si no había nadie más... Yo creo que lo escribió él pasado el suficiente tiempo como para que su memoria lo distorsionara. Nadie dice: "No tienes, no, ningún derecho" :-P

    Primer párrafo con una genialidad: novelar un juego de luces de esa manera... *aplausos*

    A modo personal, siempre me ha molestado el tabaco y sus alientos en la vida real, así que cuando lo incluyes, como que me meto más todavía en la parte "melancólica"/"incómoda" de la situación que describes.

    "Unos dedos terminados en coral", "el punto de luz iluminaba un poco más", "ligeramente temblorosa pero cortante, con un eco cavernoso" (todo el q lea esto tiene esa voz en la cabeza automáticamente), "la figura a oscuras sujetó una cortina con la mano, como ayudándose a mantenerse en pie, e inició a su vez un giro de cabeza" (teatrooo, lo tuyo es puuurooo teatroo ... XD), "como dos brasas de carbón", "la envergadura de la ausencia venía marcada en los dedos palpitantes y los destellos de los ojos"... Todo esto y varios más para enmarcar.

    Percibo el puerto como un ser vivo propio, como una tortuga longeva que contiene al lado toda la escena.
    El párrafo último quizás demasiado típico (menos original), pero eso no le quita calidad.
    Cienes de cosas más, pero esto ya es suficientemente tocho.
    Los comentarios anteriores ya lo dicen casi todo, incluso sobra todo lo que te he puesto.
    Me ha gustado esta "parrafada" :-))))
    Este cometario sincero para ti!!!
    GRACIAS!!

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    1. Gracias siempre a ti, una vez más un 10 para tu comentario crítico de texto jajaja te lo dice la autora, gracias por tomarte las molestias de leerlo en profundidad, y por comprender y sentir lo que lees.
      Tus palabras me halagan, y sobre el final más típico, supongo que no queda otra que que sea típico ;) porque hay cosas inevitables que en toda historia acaban pasando, o porque queremos que acaben así, y no se pueden cambiar.
      Gracias de nuevo Joseja, tus palabras siempre son un honor.
      :)

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  6. Me alegra que el 18 de Agosto tuvieras palabras que destrozaran el papel en blanco que tanto tiempo atrás te llevaba venciendo. Enhorabuena por el cuento de verano. Tienes una prosa que engancha y una descriptiva de la escena mágica.

    Cuesta imaginarse el puerto desde Sevilla, pero te aseguro que he conseguido imaginarme la historia. Gracias por hacerme viajar un ratillo.

    Lo único que lamento es el pesimismo de la historia, la inercia de los personajes, el arrepentimiento y los reproches.

    Nada más que decir, en éste, mi SEGUNDO comentario en tu blog. ;)

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    1. Bienvenido por SEGUNDA vez a este humilde blog, es un honor para él poder viajar hasta Sevilla y que leas mis historias, me alegra mucho que te guste, y no lamentes el pesimismo ni la tragedia de la historia, ya sabes que... el mundo está poblado de ellas, soltándolas se vive un poco mejor.

      :) gracias

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  7. Creo que cada día escribes mejor... dibujas perfectamente la escena, los sonidos, e incluso las pausas. Magistral esa oposición de las luces de fuera con el cigarro de dentro. Y cómo se resuelve al final... Impresionante, de veras.

    (La reflexión que has llamado "Eco" también me ha encantado... me siento plenamente identificado en esas sensaciones que tan bien explicas... supongo que navegamos sobre ellas).

    Abrazo enorme, siempre es un placer leerte
    Besote

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    1. El placer siempre es mío Andoni, me dejas sin palabras, me alegra y reconforta tanto que te guste :) es un placer que disfrutes leyéndome.

      (Lo sé, siempre nos identificamos en esas mismas cosas, siempre leyéndonos en lo que escriben los otros que se sienten tan perdidos como uno mismo. Gracias por eso también):
      Un abrazo :)

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  8. Inspiras, seduces, enamoras, trasciendes... pero yo no creo en segundas oportunidades. Nos la dimos, ingenuos, pero fue un segundo fracaso. Un besico, Patricia, sabes que me encantas :)

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    1. Yo a veces creo, a veces no, a veces creo hasta que dejo de creer para siempre... o hasta la próxima :(
      Sabes tú que me encanta que me leas y que me digas esos halagos,ni me lo creo! Besos mil :)

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