Mujeres solas
Hace unos días, la madrugada del viernes, compartí en una red social un texto sobre una noticia que me hizo apretar los dientes de rabia. Dos chicas jóvenes, de 21 y 22 años, habían sido asesinadas a golpes mientras estaban de vacaciones, y muchos medios de comunicación se habían hecho eco del suceso informando de que "viajaban solas".
Las mochileras asesinadas en Ecuador, para los medios masivos de comunicación, "viajaban solas". Eran dos mujeres, mayores de edad, viajando juntas. Pero sin embargo estaban "solas". ¿Solas de qué? ¿Falta de quién? Eran dos. Pero como nacieron mujeres, ser dos no les alcanzó. Para no ser "solas", algo les faltaba... Adivinen qué.
Crudo, real. Mariana no podría haberlo expresado mejor. Los medios dicen que viajaban solas. La realidad es que así era. Porque una mujer, dos mujeres, tres mujeres, no son nada si un hombre, dos hombres, varios hombres, más fuertes que ellas, quieren hacerles daño. Ésta es la jodidamente triste realidad. Están solas. Necesitan un hombre que las proteja. ¿De quién? Del peligro de estar "solas" ante otros hombres.
Leí la noticia, este breve pero intenso texto y otro igualmente crudo y real (¿Qué ropa tenías? ¿Por qué andabas sola? ¿Cómo una mujer va a viajar sin compañía? Te metiste en un barrio peligroso, ¿qué esperabas?), y me fui a la cama harta del mundo. Pensé en las veces en que yo misma he sentido cierto miedo al ir sola por la calle, al llevar un pantalón o un vestido "demasiado corto" en pleno verano asfixiante, porque eres mujer y casi cualquier cosa es provocar; al recogerme de noche con una amiga, cuando mi madre insistía en que nos acompañara un chico, por si pasaba algo (¿al chico no va a pasarle nada porque es un hombre?); al sentir miradas y pisadas a la espalda, insultos disfrazados de piropos, o al revés; y saber que hay cosas que no debes hacer, y menos sola, porque eres mujer.
Dos días después, volví a sentir miedo. Las casualidades.
Llevaba un vestido, un abrigo y unos tacones, eran casi las 3 de la mañana de un sábado noche, y estaba sentada, sin molestar a nadie ni mirar a nadie ni dirigirme a nadie, escribiendo por el móvil, en las escaleras de una de las plazas centrales más transitadas de mi ciudad. A esa hora aún pasaba gente; y también gentuza.
Primero, se me acerca un chico:
-Hola, ¿qué haces? ¿estás bien? - amabilidad fingida y una mirada extraña.
-Sí, estoy bien, gracias.
Se aproxima más y empieza a agacharse a mi lado.
-Es que te he visto, tan sola, y he pensado que igual querías algo...
-He dicho que estoy bien, gracias - sin mirarlo. Borde, pero eficaz. Se va. Tengo un móvil en la mano y estoy usándolo, estoy voluntariamente sentada, si quisiera algo ya me habría levantado yo a pedir ayuda, no quiero que un extraño se siente a mi lado a las 3 de la mañana.
A los pocos minutos, oigo voces gritándome.
Menudas piernas tienes.
Qué haces ahí sentada tan sola.
Si tú quisieras yo te alegraba la noche.
Levanto la cabeza y veo a siete u ocho chicos, entre veinticinco y treinta años. Pasan por delante de mí. Me hacen gestos obscenos, muy obscenos, mientras avanzan por la plaza. Y yo, craso error, pienso en lo que leí dos días antes, pienso en que no me da la gana tener que aguantar sandeces y obscenidades por ser mujer y estar sola, y como no me veo capaz de abrir la boca ni de mantenerla cerrada, cometo un impulso infantil y les saco el dedo mientras los miro con todo el odio del que son capaces mis ojos. Como si eso me protegiera de algo, como si pudiera defenderme. Y alimento al monstruo. Comienzan a gritarme otra vez.
Zorra.
Seguramente no te han follado esta noche.
No eres una tía de verdad porque no respondes con simpatía cuando te dicen qué piernas tienes.
Si te la metiera yo te ibas a enterar.
A medida que escucho sus gritos resuenan palabras en mi cabeza, se me nublan los ojos pero lucho por no darles la satisfacción de soltar una lágrima, veo como se alejan mientras dos de los chicos sujetan a otro que intenta venir hacia donde estoy y sigue gritando cosas muy bonitas, cojo el móvil como si no pasara nada ni me estuvieran insultando en la distancia y abro el bloc de notas. Escribo, para no olvidarlo al día siguiente (como si pudiera):
Una mujer sola
no es nadie.
Durante el incidente, una pareja ha pasado también por delante de mí, los ha mirado y ha negado con la cabeza. A lo mejor en ese momento yo sí que necesitaba ayuda y no un leve gesto de reprobación.
La escena se hubiera dado de igual manera si llego a estar con otra chica. Si hubiera estado acompañada de un chico, no.
Sentí miedo, rabia, asco, ira y tristeza. Claro, una mujer no puede estar sola a las 3 de la mañana en una plaza pública por donde pasa gente y sentirse segura. Un hombre, sí. Es peligroso, ¡cómo se te ha ocurrido, hija! ¡Para que te hubiera pasado algo! ¿Por qué debo tener miedo a que me pase algo? Sé que no debo ir a un bosque de noche sin protección por si hay animales salvajes. Sé que no debo bañarme en el mar cuando está muy revuelto. Sé que no debo andar por la carretera de noche sin un chaleco reflectante. Sé que no debo ir sola porque... soy mujer y pueden... violarme y agredirme... ¿Por qué tengo que temer a los hombres? ¡Una generalización tan abrupta!
Esto no es nada, absolutamente nada, comparado con lo que viven otras mujeres; con lo que sufren niñas, jóvenes, mujeres adultas, a diario. Acoso callejero, acoso laboral, acoso en el hogar, acoso sexual, maltrato, violencia, vejaciones físicas y psicológicas, desigualdad, machismo, miedo.
¿Qué nos faltó al nacer para tener el derecho a no tener miedo?
A nosotras, nada.
A algunos hombres les faltó, simplemente, humanidad y decencia.
La única manera de solucionar esto es educar. Educar a niños y niñas desde que nacen en la igualdad. No dejes que tu hermano pequeño vea a las mujeres como objetos ni hagas comentarios fuera de lugar por graciosos que puedan parecer, no seas un mal ejemplo para tu hijo silbando a las mujeres que pasan por delante de tu coche, no fomentes la desigualdad en tu trabajo ni impidas que las mujeres accedan a puestos superiores si está en tu mano, no le digas a tu prima qué debe o no debe ponerse, o cómo debe arreglarse para ser más "femenina", no discrimines, hazte eco de las injusticias, no dejes que acosen o insulten a una mujer delante de ti, sé valiente, ayuda a eliminar una desigualdad que la sociedad sigue perpetuando y que nunca debió existir.
Porque yo también tengo derecho a viajar sola, a pasear sola, a estar sola, sin tener miedo.
gracias por tu texto!
ResponderEliminarA ti por pasarte a leerlo!
EliminarPatricia, suscribo cada frase de las que escribes en este texto. Y me da pena que haya ocurrido el hecho que comentas en una ciudad a la que quiero tanto. Pero como soy mucho más viejo que tú, algo hemos ganado en ese aspecto, no veas lo que he tenido que observar (y padecer, como el hecho de que no podías ir a ningún hotel con una amiga si no presentabas el libro de familia...) yo, no solo en España sino en muchos países en los que tuve la ocasión (y suerte) de trabajar. Ojalá colgasen tu texto de los semáforos de Valencia, en lugar de esas absurdas figuras con falda que cuelga el ayuntamiento, un ayuntamiento en el que seguro que se discrimina laboralmente a las mujeres que trabajan en él. Vamos mejorando, insisto, pero esta discriminación no estará resuelta hasta que no desaparezca el "día de la mujer". Un besico y no nos desaparezcas tanto tiempo, que me pongo triste :)
ResponderEliminarGracias Diego por contarme tus vivencias. Dios, el libro de familia...qué exagerado todo. Imagino que hemos mejorado mucho, pero es irónico pensar que estamos ahora en una sociedad tan avanzada, y en el aspecto de la igualdad seguimos bastante atrasados. Amén a lo de las faldas de Valencia, me indigné infinitamente cuando lo leí. Medidas absurdas y propiamente machistas, ¿sólo somos eso las mujeres? ¿una falda? Una de las liberaciones de las mujeres fue poder usar pantalones y nos los quitan en un semáforo. Ay.
EliminarGracias Diego por seguir aquí, siento haber desaparecido, pero estoy que no tengo tiempo ni de dormir (llevo dos másteres pálante), pero esto necesitaba pasarme a escribirlo. A ver si me libero un poco y vuelvo a leeros y a escribiros, yo os echo de menos :)
Un abrazo enorme y siempre, gracias!!!!
¿¿DOS MÁSTERES SIENDO MUJER?? Ten cuidado, como se enteren algunos, te queman en la plaza pública :) Un besico de tu abuelete virtual :)
EliminarEn la plaza pública...me lo esperaría...como lo que han hecho esos animales 'hinchas' de fútbol...Dios :(
EliminarUn abrazo de tu nietecica virtual, desolada de este mundo vil e inhumano :(
Tremenda tu frase. Lo tiene todo:
ResponderEliminar"Una mujer sola
no es nadie".
El poder de la doble negación: está diciendo que una mujer es nadie... y que no es nadie. Todo lo que quiera ser, pero también lo que le dejen ser.
En esta sociedad de mierda que tenemos, una mujer sola no es nadie y un hombre dentro de un grupo porta todo lo peor de la sociedad.
A todos nos cuesta. Yo no supe apreciar lo que es una mujer hasta que me enamoré de una de ellas. Y mi concepto de madre trabajadora cambió cuando, años después, me enamoré de una de ellas. En definitiva, solo el amor nos salva de la podredumbre. Sin amor miramos desde la podredumbre y construimos la visión de los demás desde esa podredumbre.
Un abrazo desde ese mismo espacio de rabia, asco, ira y tristeza, Patricia
Exacto Andoni, lo que nos dejen ser, lo que nos atrevamos también a ser aunque no nos dejen. Por supuesto, no todos los hombres son malos, pero de alguna manera, ese hombre dentro del grupo que mencionas suele portar lo peor de la sociedad porque se ve arrastrado a ella por lo de siempre: el qué dirán, los estereotipos, la "idea de hombre", cuando es todo lo contrario.
EliminarGracias por pasarte Andoni y dejarme tu espacio de amor y esperanza :)
Un abrazo grande
No hay nada que añadir. Sólo aplaudir y difundir este completo texto.
ResponderEliminarY recalcar sobre todo estas frases:
"La única manera de solucionar esto es educar."
"Porque yo también tengo derecho a viajar sola, a pasear sola, a estar sola, sin tener miedo."
Y también añadir: "Yo también tengo derecho a viajar con un hombre, a pasear con un hombre, a estar con un hombre, sin tener miedo de que se pase si no le doy yo este derecho" Por esta razón, dejé hace años de auxiliar autoestopistas masculinos, despues de una mala experiencia parecida a la tuya.
Queda mucho por hacer en efecto...
Abrazote grandegrande, Patricia, feliz de verte de vuelta entre nosotros.
Toda la razón Fran el verbo "sobrepasarse", el miedo a que hagan algo a lo que no les hayas autorizado. Siempre, la ley del más fuerte. Siempre he pensado en tomar clases de defensa personal por si sirven para algo, pero el hombre que ataca suele hacerlo porque sabe que va a ganar... :(
EliminarSiento leer lo de esa mala experiencia Fran, qué miedo.
Gracias siempre y mil abrazos, como le he dicho a Diego, os echaba de menos y necesito pasarme a leeros, a ver si consigo sacar tiempo. Un besote de lechuza :)
Permíteme usar el "yo" alguna que otra vez en este comentario para explicarme, aunque pueda parecer egocentrismo.
ResponderEliminarNunca he sido de los que cuando llega una chica a la oficina lo primero que hacen es comentar con los otros compañeros lo buena que está, tampoco he sido de los que se ríen cuando a alguno se le ocurre decir que lo que necesitamos es un par de tías buenas aunque no tengan los conocimientos necesarios para "que nos alegren la vista". Tampoco soy de los que se quedan mirando a una chica cuando pasa por la calle o le grita algún improperio. Son comentarios y actitudes que a mí como persona me ofenden y los vivo y sufro a diario, con amigos, conocidos, compañeros de trabajo, etc.
Vivimos en una sociedad machista hasta extremos inimaginables y está tan arraigado que si te atreves a decirle a alguien lo machista que es, se te echa al cuello o te tacha de radical. He tenido más de una bronca por esto y he perdido más de una amistad, aunque si te digo la verdad, no quiero en mi vida a nadie que vea como un objeto a otro ser humano.
Tengo dos hermanas, he crecido con ellas, he ido al colegio con ellas, he salido de fiesta con ellas, y sé lo que es salir a divertirte y que al caminar por la calle vayan gritándoles cosas o las paren en medio de la calle o incluso a veces traten de separarlas del grupo y las arrinconen contra una pared. Todo esto pasa vayan o no vayan hombres en el grupo, porque a los que se creen por encima del bien y del mal les da igual todo. Y yo me frustro, porque no entiendo que sólo por el hecho de ser mujeres tengan que sufrir esto y tampoco me siento seguro por ser hombre, porque pienso que pasarán por encima de mí si hace falta para conseguir lo que quieren.
Hace no mucho, volviendo de madrugada en el bus a casa, un hombre se pasó diez minutos soltando improperios a una chica que iba sentada mirando su teléfono y trataba de ignorarlo. Iba subiendo de tono y nadie hacía nada, la chica se llegó a cambiar de sitio pero él se llegó a sentar a su lado así que me hinchó las narices, estallé y le pedí que se callara de una vez, su respuesta fue darme un puñetazo y el resto de la gente del bus gritar y apartarse. Al final todo terminó con el hombre expulsado del autobús y dos o tres personas diciéndome que para qué me metía...que al final el que salía perjudicado era yo, incluso alguien llegó a decir que si me creía defensor de alguien cuando ella no había pedido ayuda. Por un momento llegué a sentir que el machista había sido yo por meterme en algo que "no me incumbía". Eso sí que me resultó doloroso y no el puñetazo. Porque creo que cuando haces lo correcto el resto de la gente piensa que te has metido en algo que no te incumbe. Y el mirar para otro lado se convierte en ley.
Y pienso en lo que sucedería si no mirásemos hacia otro lado, si las personas que rodeaban a todas esas mujeres muertas a manos de sus parejas no hubieran mirado hacia otro lado cuando oían los gritos o veían que le soltaba una bofetada o un empujón. Y me entristece pensar que a muchas personas les da igual, que sienten que esto no va con ellos y que mejor estar callado y seguir con tu vida.
Creo que los propios medios de comunicación, en su forma de tratar las noticias alimentan esta manera de pensar, que supongo no será a propósito pero son el reflejo de nuestra manera de pensar como sociedad, de los valores que tenemos y de lo mucho que nos queda por trabajar en este tema.
Salud Patricia, abrazo fuerte y ánimo, que eres una mujer fuerte, valiente y muy trabajadora y estás muy por encima de todos esos cavernícolas gilipollas que se creen que eres un objeto y que no sientes ni padeces.
Ay mi Óscar, gracias por contarme tu historia :) Me alivia y me cura tanto leer esas palabras de un hombre.
EliminarSobre lo de tus hermanas, qué puedo decir, sé muy bien de lo que hablas.
Sobre lo del bus, no me lo puedo creer... Comprendo perfectamente lo que dices de sentirte machista por meterte, es como, ¿la defiendes por ser mujer, entonces la estás discriminando y diferenciando? No me jodas...igual que hay que defender a un niño, a un anciano, o a otro hombre. Se defiende a todo el mundo, lo anormal es quedarse mirando, y más ante actitudes reiterativas que machacan la vida social y erosionan a las mujeres constantemente, que coartan libertades, como ir tranquilamente en un autobús. La gente no ve que eso es VIOLENCIA.
Coincido en que el término machista se trata como un insulto (y lo es, porque serlo es insultante) y poca gente reconoce serlo, se alarman de ser tildados como ello pero no son capaces de identificar y reconocer sus conductas machistas y sexistas. Les asusta serlo, les disgusta parecerlo, pero no lo evitan.
Gracias de nuevo por contarme tu punto de vista, por tu actitud ante esto (y ante la vida), y por tus fuerzas. Yo estoy muy bien, podríamos decir que, lamentablemente, las mujeres estamos ACOSTUMBRADAS a estos accidentes, pero el sábado me jodió especialmente porque, además del rato de miedo, pensé en las dos chicas muertas la semana anterior, en cómo es tan fácil que acabe así porque tres energúmenos lo desean, en las mujeres muertas del telediario que sólo son nombres y cifras al final del año, el ranking anual que cuentan los periodistas, optimistas cuando es mejor que el del año anterior. ¿Mejor? Siguen siendo mujeres víctimas de la violencia de género, pero se sigue sin hacer lo suficiente. En fin, Óscar, que muchas gracias, de corazón.
Un abrazo, por las mujeres fuertes y valientes y trabajadoras :)
La unica manera es educar en igualdad, a veces el instinto de protección hace que padres y madres que saben como está el mundo intenten evitar que sus hijas sean objeto de comportamientos machistas. Eso es lo que tu madre buscaba cuando te decia "que os acompañe un chico" Ese machismo del que hablas tambien es alimentado por mujeres, el machismo no es solo cosa de hombres. Por otro lado yo me he sentido Humillado por mujeres por no ser tan ¿macho? y no encandilarme con sus encantos. Es muy dificil, en el mundo mundial las mujeres por desgracia son ciudadanos de 2ª, las religiones tienen bastante culpa. Animo lo malo es cuando las mujeres ¿liberadas? imitan comportamientos de malos hombres. Educacion, y Respeto y sobre todo una sexualidad mas inteligente por parte de todas y todos.
ResponderEliminarHola y gracias por pasarte a leerme!
EliminarPor supuesto, las madres, los padres, todos, al final intentamos proteger porque sabemos lo que hay, ojalá no hubiera que proteger ante situaciones así porque no existieran.
Estoy muy de acuerdo en que no es sólo cosa de hombres, ni mucho menos, en el texto sólo contaba mi experiencia de la semana pasada. Hay mujeres machistas, y además, demasiadas que no saben ni reconocerlo. Por eso decía, que hay que educar a niños y a niñas, hay que educar al ser humano para ser más bueno. La religión tiene culpa, y la sociedad y sus estereotipos: la mujer, femenina; el hombre, varonil. Cánones perfectos que hacen daño al ser humano que es hermosamente imperfecto y único.
Gracias por pasarte y compartir tu opinión! Y ánimo a ti también :)
Hola Patricia,
ResponderEliminarSupongo que me ha pasado como a ti. Ha salido el caso de las chicas en Ecuador y, de pronto, he empezado a escuchar decenas de historias de varias mujeres distintas. Mujeres conocidas, desconocidas, amigas, incluso mi novia, la semana pasada, vivió dos casos con muchas similitudes al que tú relatas. ¡Dos en una semana!
Como tenemos lo de las chicas de Ecuador reciente parece que todas estas situaciones florecen. Un sesgo de confirmación, como cuando sueñas con algo y luego sucede, o cuando te compras un coche y luego de pronto no dejas de ver coches iguales por la calle. Pero lo triste es que realmente estas situaciones no "florecen" ahora. Están ahí. Y están ahí siempre, todos los días. En la tele, en la calle, en los bares, en nuestras casas. Incluso en los ambientes supuestamente más educados y sofisticados se destila machismo a cascoporro (ver, por ejemplo, http://www.nytimes.com/2016/03/06/opinion/sunday/she-wanted-to-do-her-research-he-wanted-to-talk-feelings.html).
¿Qué se puede hacer ante esto? Supongo que no es nada fácil. Pero desde luego no podemos quedarnos mirando. Hay que cambiar las cosas. Y se empieza, como has hecho tú, denunciando. Contándolo. Esto es real. No nos estamos inventando nada. No es cosa de unos pocos.
Muchas gracias por tu valentía. Y borra eso que escribiste. Una mujer sola es mucho. Que nada ni nadie te haga pensar, ni por un segundo, lo contrario.
;)
Gracias por pasarte Fer, y por comentar y compartir tu sabia visión. Como dices, no son situaciones que florezcan, sino que siempre están ahí pero otras cosas nos impiden verlo. Interesantísimo tu enlace.
EliminarYo creo que se cambia día a día, con todo, con los pequeños detalles que calan en los demás. Otra manera no hay.
:) Una mujer sola es una mujer, y eso es muchísimo.
Un abrazo!
Cuanto tiempo que no te leía, es un placer compartir a tu lado ese banco de la madrugada, sentir el calor de tu abrigo, tu sonrisa, tus palabras. No me dejes solo ahora que te has ido del Bosco, quiero que sigas alimentando mi espiritu inquieto, quiero que sigas navegando a pesar de la bravura del océano, de los silbidos de medianoche y de los hombres sin cráneo. Feliz primavera y un millón de soles que abriguen tus pies en la madrugada.Besos.
ResponderEliminarClaro que no. Tú tampoco me dejes sola a mí, Pedro, necesito seguir viendo tus colores, tu poesía y tu arte, a través de tus textos y tu fotografía, y asomarme contigo a ese océano al que hay que hacer frente. Feliz primavera a ti también, gracias por toda tu luz. Un abrazo enorme!
EliminarHace nada me contaron un caso muy parecido a plena luz del día y no me lo podía creer, y ahora me encuentro esto... que mierda tiene la gente en la cabeza? Lo peor de todo y sin querer ser pesimista es que tengo la sensación de que nos queda muy lejos erradicar el machismo, al igual que la homofobia, son cosas latentes en la educación desde el inicio y la estructura de la sociedad, por omisión o por no tratarlo de forma natural, además de que con las bromas que has comentado (y que siempre esconden un reflejo del inconsciente de la sociedad) se va creando una forma de pensar y una sub-ideología que luego es imposible de borrar, y no todo el mundo se da cuenta de que está dentro o lo hace demasiado tarde, por no añadir que hay mucho animal suelto. Sinceramente espero equivocarme, y ojalá que no tengas que volver a pasar por algo así, porque si sólo con leerlo me has revuelto el cuerpo ni me imagino lo que habrás sentido tú.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Hola querido Miguel, pues sí, créetelo...no sé lo que tiene la gente en la cabeza, pero cada vez me/nos pasan más cosas, cada vez escucho historias peores, y cada vez creo que la cosa está más cuesta abajo. Qué decir de la homofobia, después de lo de Orlando. Como dices, creo que es una cosa básica de educación, es que no hay más vuelta de hoja. Nosotros podemos darle mil vueltas, pero hay que empezar desde abajo.
EliminarUn abrazo enorme a ti, me alegra leerte por aquí y espero que estés muy bien Miguel :) GRACIAS