Autocita
Hoy he quedado. Ha sido algo espontáneo, sin demasiada premeditación, simplemente tenía que surgir. He cancelado todos mis planes y me he permitido el lujo de dejar la cama sin hacer y el piso sin barrer; la cita es más importante. Así que me he levantado, pero sin mucha prisa, y me he dado el baño más largo y calentito del año, mientras de fondo sonaba el genio de Úbeda. Después me he puesto mis pantalones más cómodos de pijama y la camiseta más ancha y vieja que tengo, a mi cita no le importa que pueda parecer desaliñada. Ni siquiera me he arreglado el pelo. He abierto todas las cortinas para que entrara muchísima luz y me he puesto a cocinar, con mimo, sin agobios. He preparado, por las horas y por las ganas, un brunch, con sus huevos revueltos al estilo british con poquita mantequilla, croissants con queso, tostadas con jamón y tomate, unas salchichas, alubias al cariño, y hasta un trozo de quiche que quedaba en la nevera; todo regado de zumo de naranja recién exprimido. Que lo que sobre ya se aprovechará otro día. Lo he dispuesto en la mesa sobre un mantel muy verde, verdísimo, y he acercado un sillón orejón como asiento. Mi cita tiene que estar muy cómoda. He preparado el dvd con una de Woody Allen en VOS, todo muy anglosajón, y en el regazo del sofá he dejado el último de Pérez-Reverte, porque sé que mi cita querrá sacar también su vena patriótica-regional. Para terminar los últimos detalles, he comprobado que el ambientador brisa marina estaba activado, que tenía la web de pedidos online de su pizzería favorita por si se terciaba, y que el móvil estaba fuera de línea. Entonces, alguien ha tocado a mi puerta interior, y mi cita ha llegado, con sus pantalones anchos y la camiseta desgastada, el cabello aún mojado y un hambre feroz de comerse el día. Me he quitado el reloj de los ojos y me he sentado en el sillón.
Las citas con uno mismo son tan necesarias como reconfortantes. Deberíamos tener más. Yo cuando llevo un tiempo sin concederme una se me viene el mundo encima. Aunque es algo que no todas las personas entienden, hay muchas personas que no son capaces de estar a solas ni un ratito.
ResponderEliminarSalud y besoabrazos.
Si no fuera capaz de tenerlas me volvería (más) loca,es imprescindible ese rato para uno mismo y disfrutar a solas, las personas incapaces de hacerlo me agobian. ¡¡Ten más Oski!! :) besoabrazos para tu trozo de cielo!
EliminarExisten escritores que son especialistas en hacer una pequeña obra de arte de un hecho cotidiano, como esta. ¿Quedar contigo misma? Pues hay quien dice que, si no se sabe quedar y pasarlo en grande con uno mismo, es imposible hacerlo con nadie más. Es algo así como que damos a los demás lo que somos capaces de generar hacia nosotros mismos. Te auguro un buen futuro, me refiero a cuando llame a la puerta alguien que no seas tú misma.
ResponderEliminarUn besazo
Esa es la clave: hecho cotidiano! Si no lo es, uno no puede ser persona con los demás, como exactamente tú dices, no puedo estar más de acuerdo contigo; además porque si no, cuando se está en compañía, es imposible (creo) no agobiar o saturar al otro si uno no sabe también ser justo eso, "uno".
EliminarGracias por tus palabras y tus halagos :)
Besos mil
Solo si te quieres a ti mism@ puedes querer a alguien :) Y empezar un día con hambre para disfrutarlo!
ResponderEliminarUn placer siempre tus textos :)
Exacto!! Pero te equivocas, el placer es mío porque me lees!!! :) gracias, besos!
EliminarFeliz verano, Patricia!!!
ResponderEliminarSumer time y vacas!!!, nos leemos en unos meses. Pásalo genial!!!
Un besazo
Feliz verano de vuelta para la Taberna, lo mismo digo, que sean felices y fructíferos! :)
EliminarMe encantan mis autocitas muy parecidas a las tuyas. Hay que saber mimarse de vez en cuando para poder mimar a los demas.
ResponderEliminarGracias por tus letras. Besito amalfitano ;)
Absolutement d'accord :D
EliminarSi son parecidas, las tuyas me encantarían :) Gracias a ti por leerme y por tus letras también, besito soleado :)
Las autocitas son importantes.
ResponderEliminarNada en ellas suele fallar. Ayer mismo yo también estuve conmigomisma, aunque sentí que algo me faltaba a la hora de conversar.
Yo casi que prefiero citarme con alguien diferente a mí, desconocido o de mi entorno, me encanta descubrir otros mundos, aunque a menudo fallen.
Un besazo guapetonapeazoescritoradelasqueamimegustan.
Desde luego, no hay que cerrarse! Que todo suele ser enriquecedor, incluso de las cosas que fallan se aprende,no? :)
EliminarUn besazo guapísimagatadelasqueesunhonorazoquemelean, G R A C I A S :D
Hay que mimarse a uno mismo y concederse el placer de estar a solas haciéndonos compañía.
ResponderEliminarDe esos momentos salen pedazos de auto-conocimiento que nos son muy útiles para continuar la marcha.
Besitos maja! ;)
Así lo creo yo Sofya :) besitos de vuelta, espero con ansia tu próxima entrada.
EliminarMe dieron tantas ganas de autocitarme...
ResponderEliminarAunque no estoy seguro de que mi cita llegara exactamente igual.
Aún así, lo haré!
; )
Seguro que llega, no dejes de intentarlo! :) besoos
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