Recuerdos de Bélgica 1: un globo en Gante

La plaza transmitía esa serenidad de los lugares en los que parece no transcurrir el tiempo, aunque hubiera algunos edificios más o menos modernos que revelaban que no seguíamos en pleno XVIII. Las casas con tejados picudos en escalera y veletas protestantes miraban al cielo marcando la dirección del viento con el pico de los gallos, negros, repintandos mil veces para casar con el resto del lugar, limpio e inmaculado.

La plaza, grandiosa, estaba rodeada de edificios por sus cuatro costados, y a través de algunos de ellos se abría a otras calles peatonales, en concreto en un par de los flancos donde la desembocadura era mayor. Uno de ellos colindaba con el río, de un tono verde, no por suciedad, sino por las numerosas plantas y los húmedos árboles que se reflejaban en él a las orillas de su cauce. De vez en cuando pasaba una barcaza, o una de esos botes atestados de turistas con un simpático guía que les contara las anécdotas más relevantes, reales o inventadas, del enclave.
En concreto, en ese trozo de río al que se asomaba la plaza, había una singular que referir, pues se encontraba en ese punto un enorme cañón. Sí, un cañón de guerra, rojo, titánico, y con una bala gigante a sus pies. Contaba la historia que había sido destinado para luchar contra, oh por Dios, los españoles. Pero al dispararlo, la desfachatez de tamaña empresa hizo que la bola de hierro se limitara a rodar por la garganta del artefacto y cayera sin más. Así permanecían, como recordatorio, bala y cañón.
Otro elemento simbólico de la plaza era una pequeña fuente que se erguía en una de las esquinas. Su procedencia era cuando menos evocadora. Se trataba de una fuente del único zoo que hubo en la ciudad, dado en quiebra muchos años atrás; por lo que se contaba, una suerte de jardines verdes, como todo en ese país, poblados de animales. Ahora permanecía allí, como otro resto más del pasado de la ciudad.
Sin embargo, lo que me recuerda con más claridad ese lugar es una historia muy distinta y bella, donde los protagonistas viajaban, nada más y nada menos, que en un globo. Según se contaba, un joven llevó a su novia a sobrevolar la ciudad, un plan romántico para pedirle matrimonio. En el globo iban la pareja y el, llamémosle, piloto de la nave. Tras la pedida y feliz aceptación, estaban volando sobre la plaza cuando el globo pinchó contra el tejado de un edificio, el más alto de la plaza, que es claramente distinguible. No recuerdo los pormenores del incidente, baste decir que consiguieron agarrarse a algo, y en el proceso de rescate, el novio se despreocupó totalmente de su prometida y se afanó en ponerse a salvo él. En cambio, el encargado del globo, centró toda su atención en la dama. Ya se adivina cómo acaba la historia, ¿no? Aunque parezca un final de película, los lugareños aseguran que fue así: no se sabe qué fue del pobre egoísta, pero ella y el "globero" comieron perdices belgas.

Estuve tres veces en aquella ciudad, de las cuales dos paseé por esa plaza. Las memorias de ambos días son muy distintas. El primero era yo casi una recién llegada al país flamenco y mi calidad de turista, innegable; una turista con los ojos muy abiertos y el objetivo de la cámara casi sin criterio en un intento de captarlo todo. Hacía calor y aún se podía ir sin chaqueta, mis pantalones verdes hacían juego con el entorno, y las voces que me rodeaban ese día hablaban un inglés marcado por acentos europeos muy diferentes. En mi segunda incursión, pasé de ser turista a ser guía, esta vez enfundada en varias capas de ropa camufladas bajo un impermeable rojo coronado a su vez por un paraguas, toda precaución contra la lluvia era poca. Ese día la atmósfera era húmeda pero agradable, y lo disfruté con la calma de unos ojos ya entrenados y hechos al alma del país. Que hay lugares donde siempre merece la pena volver.

Comentarios

  1. La bala que no quiso ser disparada o la rebelión de los cañones, bonito argumento para una historia :) Ameno paseo y anécdota, Patricia. Yo creo que el globero pinchó a propósito el globo para quedarse él con la dama. Que los globeros son muy suyos. Y los novios cobardicas también :) Un beso a la espera de próximas entregas.

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    1. Lo sé! Es tan inspiradora! Creo que por eso la recuerdo tan bien, por lo maravilloso que me pareció que el cañón y la bala se "negaran" a matar :)
      Jajaja no lo había visto así, astuto el globero pues, desenmascaró al cobarde ;) un beso y gracias mil por leerme!

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  2. Muy bien resuelta la duda del planteamiento, una vez leído reitero lo dicho en la entrada anterior; y por cierto, digas lo que digas la forma de cerrarlo ha sido muy Muñoz Molina jajaja

    Abrazo!

    Pd: Un acierto tremendo el complementarlo con las fotografías.

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    1. Jaajajaj es un honorazo que me digas eso, ya quisiera yo siquiera escribir un 1% como él. Se me habrá pegado algo de tanto leerlo (tengamos cuidado, a ver si me denuncia por copyright jajajaja) un cierre a lo MM :)

      Abrazos :D y gracias por leerme!

      P.D.¿Si? Al principio dudé, porque se supone (para mí al escribir)que las palabras deben ser descripción suficiente, pero después de escribirlo me metí al disco duro y pensé... quiero ponerlas xD gracias :)

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    2. Por completo, son descripción suficiente pero cuando acaba el texto, después de haberlo imaginado, me gustó mucho ver como es en realidad.

      Pd: Pues MM en ocasiones también pone fotografías en sus "Escrito en un instante", la denuncia está en este momento en camino xD

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    3. Sí! Eso es lo bueno de que estén al final, son un complemento que no condiciona.
      ....
      ....
      ....
      me cierran el blog Miguel, me han llamado de la CIA xD

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  3. Me ha encantado esta primera entrega, como siempre, tus descripciones son buenísimas y hacen tan fácil el hecho de situarse...Interesante historia la de la pareja en globo, interesante, sí....Y las fotos son estupendas, muy muy bonitas...Ah! que no se me olvide, la historia del cañón parece tan increíble que yo creo que es bella por eso además de por supuesto, sus implicaciones emocionales claro!.
    Bueno Patricia!, todo un éxito tu sección...Espero el siguiente retazo ilusionada, me ha gustado mucho!.

    Besitos! :)

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    1. Eso me hace muy feliz Sofya :D Me alegra también que te gusten las fotos, no estaba convencida de si quedarían bien pero ya veo que os gustan :D La historia está documentada y se supone que es verdad (la del cañón) pero lo sea o no es como dices bella, por eso la recuerdo tan bien :)
      Escribiré los retazos ahora con aún más cariño, GRACIAS y besos :)

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  4. Los viajes son las anécdotas y/o leyendas. Y me han encantado las dos de hoy (la del globero astuto no la conocía jaja)
    Bonita la foto de la telaraña, preciosa. :))
    Besitos de turista ya de vuelta a casita.

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    1. Gracias! Y sí, la de la telaraña es de mis capturas favoritas allá por las tierras belgas, país que se presta mucho a tomar estampas preciosas.
      Bienvenida :)

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    2. :( No consigo leer la última etapa publicada de tu viaje belga... :(
      Me dicen que esa entrada no existe (¿?)

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    3. :D:D ¡¡Bienvenida al club!! :D:D

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  5. ¡Qué bonitas fotos hiciste! :-)

    Lo del globo se nota que es leyenda, en la realidad todos sabemos que el globero se habría comido los mocos y ella habría vuelto con su absurdo y egoísta marido. ¿Por qué la gente se empeña en creer en que las cosas son diferentes a cómo son? No me lo explico xD.

    Lo del cañón tiene su guasa, sobre todo porque era para cargarse españoles y al final parece que lo montaron los españoles y así les fue...

    Por un momento he estado ahí :-) ¡Mola!

    Un besoabrazo.

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    1. Gracias Oski, cuando el paisaje es bueno las fotos son fáciles :D y tienes razón, nos gusta seguir creyendo en cuentos de hadas jaja.
      Gracias por leerme, un beso abrazo :))

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