El jardín de los imposibles
El jardín de los imposibles está muy lejos de aquí y sólo se alcanza saltando del acantilado.
Allí las lágrimas no escuecen y los pasteles no engordan, allí el chocolate seca los ojos sin aumentar la tripa.
En el jardín de los imposibles no hay desamores ni palabras feas, allí simplemente no hay sentimientos.
En el jardín de los imposibles serás la reina de tu propio reino sin un rey que haga posible que sufras. Por eso se llama el jardín de los imposibles, porque es imposible sentir nada; ni siquiera, sentir que sigues viva.
Allí los dramas no se escenifican y las exageraciones duermen el letargo de los dragones, allí no hay lugar para el teatro ni para la actuación, es imposible mentir. También es imposible decir la verdad. Por eso, allí no sientes que estás viva, pero tampoco muerta.
El jardín de los imposibles es el limbo perfecto para aquellos que se han cansado de vivir sufriendo, y prefieren esperar a la muerte sin notarlo, sin sentirlo, sin llorar.
Allí las lágrimas no escuecen y los pasteles no engordan, allí el chocolate seca los ojos sin aumentar la tripa.
En el jardín de los imposibles no hay desamores ni palabras feas, allí simplemente no hay sentimientos.
En el jardín de los imposibles serás la reina de tu propio reino sin un rey que haga posible que sufras. Por eso se llama el jardín de los imposibles, porque es imposible sentir nada; ni siquiera, sentir que sigues viva.
Allí los dramas no se escenifican y las exageraciones duermen el letargo de los dragones, allí no hay lugar para el teatro ni para la actuación, es imposible mentir. También es imposible decir la verdad. Por eso, allí no sientes que estás viva, pero tampoco muerta.
El jardín de los imposibles es el limbo perfecto para aquellos que se han cansado de vivir sufriendo, y prefieren esperar a la muerte sin notarlo, sin sentirlo, sin llorar.
Si no eres capaz de sobrevivir a la caída, no saltes.
Y saltó.
Y saltó.
Nadie nos explicó que vivir duele a veces, supongo que estaban más preocupados de enseñarnos otro tipo de cosas y olvidaron lo fundamental.
ResponderEliminarPero aún con todo su dolor, creo firmemente que vivir merece la pena, prefiero el dolor a no sentir nunca o las decepciones a no ilusionarme jamás por nada.
Viviré con todas sus consecuencias :-) y compartiré lo bueno con la gente que me acompañe.