En el hueco de tu silencio

Tu ciudad sigue
con sol y sin jactancia
 siempre esperándote
Mario Benedetti.


¿Cómo suplo el hueco de silencio que has dejado?
Me encorvo aquí tan solo, ciego, sordo.
Las paredes de esta casa se pueblan de fisuras
y no hay tiritas en el botiquín
abandonado a su suerte en el lavabo,
donde descansan aún tus restos de carmín
que me resisto a limpiar.
El olvido es una mancha en el espejo del baño;
el espejo, un traidor que me escupe un retrato
cincelado de grietas y de arrugas,
donde una vez se vieron risueños nuestros rostros.
De noche escucho los pasos de otros,
los gemidos de otras,
un televisor encendido
y algunos gritos lejanos.
A veces pienso que el que grita soy yo,
pero estoy tan afincado en el hueco de tu silencio
que no me sé reconocer en otros sonidos que no sean
los que tú escuchaste de mí.
Me afano en poner tildes a los versos,
en corregir gramáticas y necedades,
mientras dejo pasar el tiempo intentando reunir el valor
para barrer tus recuerdos,
pasarle un trapo al espejo
y limpiar de una vez mi soledad.

Comentarios

  1. Me encanta cómo haces confundir los sentidos: el hueco de un silencio, la imagen que no se ve en un espejo y sí en un sonido; y las metonimias: el carmín en el baño es ella, la mancha en el espejo es el olvido, y a él solo le queda limpiar "de una vez, la soledad".

    Mucha calidad, un gustazo :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por leerme y por analizar el texto así, es un honor que me digas eso, y me alegra mucho que te guste. Un abrazo :)

      Eliminar
  2. ¿Como limpiar sonidos atados en ecos al tiempo?
    Me encantó!
    ^^

    ResponderEliminar
  3. Los huecos no son vacíos que haga falta llenar; son generalmente espacios de regalo... y si no te gustan, siempre se pueden tapar con lo que tú quieras, si así lo deseas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Eso suele intentarse, pero intentar no es conseguir! Gracias por leerme.

      Eliminar
  4. Lo jodido de los recuerdos es que se agarran a las paredes como la pintura y siempre tratarán de saltar y golpearnos en el peor momento.

    Cuando algo se rompe, al primero al que no reconocemos es a nosotros mismos. Es cierto que podemos hacer muchas cosas, limpiar el polvo, tirar los cuatro objetos que parecen reliquias y que nos machaca ver...pero al final no lo hacemos. Tal vez porque no queremos olvidar y al fin y al cabo, el dolor y el silencio, son mejores que borrar para siempre a esa persona o aceptar que se acabó la etapa.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, Oski, porque con dolor y silencio pensamos que aunque sea eso estamos reteniendo, lo que más aterra es que ya no haya nada que sentir de esa historia.
      :) Gracias (por todo).
      Abrazos

      Eliminar
  5. Esos recuerdos que tanto daño pueden hacernos son los que en el fondo nos ayudarán a continuar pues aunque queramos no podemos despojarnos de ellos ya que forman parte de nuestras vidas y de nuestras historias... Como siempre Patricia un texto lleno de belleza y de emociones, con el que nos haces sentir también.

    Un abrazo fuerte

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tienes razón Sofya, hay que aprender de ellos y aprender a vivir con ellos también.
      Gracias por leerme y por tu filosofía de vida :)
      Un abrazo enorme!

      Eliminar
  6. ¿Cómo se me ha pasado esta entrada? Me encanta este poema, y más todavía desde que no puedo evitar leerlo con una voz que no es la mía.
    Un gran abrazo! : )

    ResponderEliminar

Publicar un comentario