Girasol
Es un día de verano, y el gran astro brilla alto, quemándonos la piel.
Tú y yo, mano a mano, caminando, se nos clavan las espigas en los pies; seguimos el sendero del campo, buscando alguna sombra para cobijarnos.
Y mano a mano, sé que te empiezo a querer.
La explanada luce limpia, indómita, repleta de trigo y cereal; la naturaleza se revela paciente, adormecida en la tarde estival.
El calor nos hace risueños, transparentes, entorna los párpados, nos sosiega el corazón.
En mitad del paraje me siento, te sientas, te recuestas, y abres tus ojos al sol.
Se descubren en ellos tus colores: amarillo ocre en torno a un centro marrón, verdes sesgados, motas de azul; me parecen un girasol.
La luz irradia de ellos, la paleta de Van Gogh.
Me sonrío y me tumbo a tu costado, bendito verano, heliocéntrico amor.
En medio de un mar de herbáceas, del Perú vienen en volandas las pipas de esta canción.
Arrancamos las semillas, las ponemos a tostar en nuestros cuerpos ya tostados, y con tu dentadura de nube blanca, las pelas y las arrancas, y sonríes con fruición.
Tú mi Sol, y yo girándote, tumbados, los lunes al sol.
¿Sabes? antes de llegar a lo de Van Gogh ya me estaba imaginado un cuadro de él que tienen mis padres en el salón, creo que se llama "el verano" y salen campos de trigo como los que describes. Girar alrededor de un Sol... Me gustó mucho esa metáfora.
ResponderEliminarAbrazos.