Un profeta llamado Tú

Hace poco estuve hablando con un amigo, y sin pensarlo mucho, me vino a la boca decirle, como halago, que era "mi ejemplo a seguir". Lo mencioné haciendo referencia a que admiraba el camino que estaba trazando y logrando, en el ámbito de estudios y profesional. Pero éste amigo mío cuando se habla de negocios o de zalamerías es muy serio y correcto, lo cual también valoro, y me contestó: "Síguete a ti misma, no merece la pena seguir a nadie más".  La conversación no avanzó mucho más y cada gorrión a su nido, y cada facebook a otro hilo de mensajes, pero yo me quedé dándole vueltas. No es que mi amigo haya creado una nueva filosofía con lo de tu único ejemplo a seguir debes ser tú mismo, pero sí que me sirvió de pretexto para reflexionar sobre el tema. Y como reflexiono mejor cuando lo escribo, aquí va mi aporte en forma de comentario aburrido de texto, más que nada, para recordármelo a mí misma cuando me haga falta.

El camino del "éxito" tiene, entre otras peculiaridades, que es único. Las reglas o pasos que le han servido a uno no tienen porque aplicarse a ti ni garantizarte nada. Lo único que tú puedes hacer es reflejarte en otros y aprender de ellos. Pero un reflejo no debe ser una copia.

A veces me pregunto a quién soñaban con parecerse los niños de hace años, muchísimos años, cuando no existían los medios para divulgar tanta información y con ella modelos a seguir, como existen hoy en día, ya sea en nombre de cantantes, actores, deportistas, artistas, ¡famosos!, al fin y al cabo, gente conocida y reconocida por la sociedad, todos ellos figuras ensalzadas y heroificadas por millones de personas alrededor del mundo. También, quiero pensar, hay otros millones de personas que prefieren inspirarse en científicos de talla, en escritores, en emprendedores, en políticos (quizás quede alguno en quién poder fijarse).
¿Con quién sueña un niño de Sudáfrica que no conoce la existencia de ninguno de esos? Quizá su único héroe sea su padre.
En épocas anteriores, me imagino que los roles ansiados eran los personajes de leyenda, los guerreros, los curanderos, los príncipes. Que "todas las niñas sueñan con ser princesas". Pues no, todas no, pero lo de generalizar es otra historia. Puede que el primer ejemplo a seguir surgiera a la vez que el primer líder de una manada, el primer jefe de un clan. Sí, pensando así, parece intrínseco a la raza humana tener la necesidad de poder fijarse en alguien mejor y superior para soñar con prosperar. Quizá también en parte, por eso, creamos a Dios y a los dioses. Pero eso también es otra Historia.

Así pues, actualmente, proliferan los ejemplos plasmados en redes sociales y revistas de glamour, donde se fotografía la vida que algunos morirían por, paradójicamente, vivir. Y no tan lejos, las comparaciones pueden hallarse en cualquier lugar: el vecino con mejor trabajo que tú, el primo con mayor sueldo, el amigo con mayores expectativas. El error puede ser creer que tienes que hacer lo mismo que han hecho ellos para obtener eso, sobre todo, porque quizá eso no sea lo que tú quieras. Tú tienes que tomar tus propias decisiones y escoger tus propias metas.

El error en sí comienza desde muy pequeño. Yo creo que está bien, mientras se crece, tener esos modelos a seguir. Cómo decía antes, la clave está en aprender, no en copiar, y en la vida de casi todo se puede aprender.
Lee y extrae sabiduría, memorízala para tenerla en cuenta, no para que sea la biblia que guíe tu pensamiento. No dejes que nadie piense por ti.
Oye música y exprime sensaciones, recoge versos, identifica emociones parecidas, y rechaza otras.
Ve al cine y al teatro, almacena experiencias, viaja tanto como puedas, conoce a gente, admírala y habla con ella.
Y sobre todo, escucha. Escucha a todo el mundo, por supuesto con más atención a aquellos que más valores, a tus "ejemplos a seguir". Escúchales siendo muy crítico, compartiendo opiniones, y chocando en otras. Ahí te darás cuenta de que nadie puede ser tu absoluto ejemplo a seguir, porque tú eres único y estás compuesto de una mezcla única de ideas y sentimientos.

Algo que me viene a la mente relacionado con esto, es esa decepción que nos invade cuando, por ejemplo, leemos una entrevista a un escritor que nos encanta... vaya, que nos encanta como escribe, porque como persona acabamos de ver que no nos gusta nada. O a un futbolista que demuestra tener más sangre en los pies que en la cabeza, o un enfermero que encierra más conocimientos y en más ámbitos de los que habríamos juzgado en un principio. No sé si más vale malo conocido que bueno por conocer, o si habrá alguien cien por cien puro y culto por ahí que merezca ser un líder total en nuestro días. En este momento y hasta nuevo aviso, yo creo que es mejor no seguir a nadie, y seguirte a ti mismo, como decía mi amigo, porque tú serás el único que no te saldrá rana. Así pues, empieza ya, ahora mismo, a trabajar para regalarte, de tú a tú, muchas sorpresas, de las buenas.

Por tanto, date cuenta de que eres un alumno más de la vida, de que cualquier persona puede ser un profesor para ti, pero también es a su vez alumno. No tengas fe ciega en nadie, no te dejes guiar por lo que opinen otros, no imites los sueños de los demás.
Con todos los elementos que las vivencias te van dejando en el camino, con los pequeños ejemplos que puedes tomar de otros y con ciertos reflejos para tus metas, traza con determinación tus propios objetivos, piensa en cómo los llevarás a cabo, y esfuérzate por ellos al máximo.
No flaquees si no salen a la primera, ni a la segunda, ni a la enésima, porque sigues siendo un alumno de la vida y tendrás que ir cambiando con ella, adaptándote y aprendiendo cada vez más.
Creo que al final, el objetivo debe ser aprender lo máximo, ser tan sabio como  puedas y aplicar lo que sabes en la vida para ser feliz.
Pero esa es sólo mi moraleja. Tú tendrás que crear la tuya.

Comentarios

  1. muy buena entrada.

    De todos se aprende, por vía observación, por vía consejo, pero no hay que olvidar el dicho español de : " para aprender perder".

    Pero a todos nos duele tener que equivocarnos para saber como deben hacerse las cosas, o sufrir para no volver a sentirlo. Pero desgraciadamente o afortunadamente diría yo no hay un libro donde se expliquen los caminos para el éxito. Libros, claro está, que no sean engañabobos.

    Hay muchas más reflexiones que surgen de la lectura de tu texto pero sería muy largo, y porqué no, pueden servir para amasar una historia.

    Saludos
    Jesús

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    1. Muchas muchas gracias! Desde luego estoy de acuerdo en lo que dices, y si tuviera que darle una medida, seguramente a lo largo de una vida ganaría el porcentaje de veces que perdemos y nos equivocamos. Sólo hay que aprender a saber llevarlo, yo llevo años pensándolo e intentando aceptarlo (http://distorsionandolavida.blogspot.com.es/2011/09/amarillo-i.html) y aún cuesta ;)
      Mil gracias por comentar y por leerme, un saludo!

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  2. Hola Patricia, he vuelto a tu blog después de estar toda la tarde dibujando, me encantan tus reflexiones, me dan vida y ahora me siento más alumno que profesor, un beso enorme.Pedro.

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    1. Buenas noches Pedro, como siempre mil gracias por leerme, especialmente esta entrada, tú que has sido y eres uno de mis grandes profesores de la vida!!! Sería genial ver esos dibujos, anímate y ve subiendo más cosas a tu blog! Un abrazo grande!

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