Soliloquio desnudo
Me piden que desnude la voz. Que me exhiba propia, yo, sin adornos ni baratijas, sin piedras preciosas ni altruistas. Me exigen una transparencia incorpórea y grave. Pero ¿y si detrás de mi desnudez no hay nada?
El vacío es en sí mismo una existencia, un monstruo de ojos negros y sangre caliente, la peor pesadilla que si fuera mujer llevaría tacones de aguja y un abismo en la mirada. El acantilado tiene las piernas esbeltas y morenas y es insoldable. He olvidado cómo saltar.
Te pido que desnudes la voz. Que seas sincero, tú, sin adornos ni perfecciones, sin mejoras inverosímiles. Te exijo que te hagas transparente y eterno, porque sé que detrás de tu desnudez está el infinito.
El infinito que es nuestra existencia, un lobo disfrazado de felino que no sabe a quien morder, un aullido agudo que resuena en las montañas, anciano como la Luna pero sin edad. El eco tiene paciencia y sabe esperar. El salto es impaciente, la desnudez ingrávida, el cielo sólo una promesa desleal.
No sé... creo que el infinito es nuestra esencia pero lo finito, nuestra existencia... por muchos saltos o intentos de, por mucha desnudez sincera.
ResponderEliminarSe puedo pedir, rogar, suplicar incluso pero nunca exigir ;)
"El eco tiene paciencia y sabe esperar"... para mí, el eco, se miente y miente.
:D ¡Vaya tema leo nada más volver de mis días entre paréntesis! ¡Déjame respirar un poco!
Besos... atragantados. :)
Jajaja ;D palabras sabias, a veces escribo rugidos porque hace falta ladrar para soltar rabia y temores, pero llevas razón en lo de no exigir :) Un abrazo con oxígeno!
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