Cinco minutos con Mario

"El otoño en ti es siempre primavera y necesito huir a un mundo de miradas transparentes. Debí haberte besado más urgentemente."
Carlos Chaouen.

¡Ah, estás ahí! Hola, ¿cómo estás? Te veo genial, muchas gracias por venir. Perdona el retraso. Bueno, no digas nada, déjame hablar. Em... sí, bien, qué embrollo. Se me ha olvidado lo que iba a decirte, así que voy a improvisar. Traía un discurso preparado, no te creas, desde luego sabes que esto es muy importante para mí, lo más importante. Pero los nervios, ya sabes. Por eso he llegado también un poco tarde, estaba torpe, se me caía todo lo que tocaba, he roto medio piso hoy. Sí, no me mires así, sé que tú también estás rota, y que es culpa mía, pero hoy voy a convencerte para que me dejes volver a repararte.  Bien, ejem, ¿por dónde empezar? Lo que pasó, pasó. No voy a mentirte, eres una mujer inteligente y negarlo ahora sería insultarte. Además de inteligente eres preciosa, divertida, generosa... Ya, vale, perdona, no se trata de comprarte con piropos. Pero no los olvides. Viniendo hacia aquí he visto a una pareja bailando al lado del río. No había música, al menos no en el aire, seguro que en sus cabezas sí. Me ha hecho sonreír, me ha recordado a cuando íbamos a bailar y seguíamos hasta que encendían las luces y apagaban la música para echarnos, pero tú y yo seguíamos porque éramos felices y no queríamos que acabaran esas noches. Perdona que me emocione, no seas tan fría mujer, seguro que tú también lo echas de menos... Vale, vale, tranquila. Sigo con lo que he venido a decirte. Pues bien, pues eso, que lo que pasó, pasó, y ya no puedo hacer nada por evitarlo, fueron una serie de acontecimientos que ya te expliqué en su día y que no pude remediar, pero ahora sí puedo, y por eso he venido a pedirte perdón, y a decirte que ya está en mi mano que las cosas vuelvan a ser como antes, ¿recuerdas? Cuando todo estaba bien y tenías siempre tu hermosa sonrisa en la boca, no ese gesto que me haces ahora, no, no me hagas eso. Quiero volver a estar como antes, no sé vivir sin ti. Sé que me equivoqué en muchas cosas y lo siento, pero ahora soy un desastre, soy una tristeza andante que se arrastra. Podemos volver a ser los de antes, ¿a qué sí? ¿Y los niños? Van a estar tan contentos. Tengo muchas ganas de volver a verlos, de que vayamos al parque los viernes por la tarde y al lago los domingos, juntos como siempre, nada va a volver a separarnos, ¿vale? Dime que sí. Hay tantas cosas que quiero hacer contigo, tantas que aún no hemos hecho y que me faltan; me pesan todos los besos que aún tengo que darte, todas las noches que no paso durmiendo a tu lado, todas las caricias que te debo y las palabras de amor; me pesan las cosquillas que quiero hacerte para que te sigas riendo conmigo, los planes incumplidos, me pesan como un muerto los sueños que tuvimos, y yo cada vez estoy más muerto, hay algo que me arrastra hacia abajo, ya no sé donde está el norte y el sur. Perdóname, déjame volver a mi vida de antes, a nuestra vida. Déjame salir de este eterno otoño y volver a tu primavera. No, no te levantes por favor, no te vayas, ¡no puedes dejarme así! No, no llames al camarero, pago yo pero no puedes irte aún. Tengo más cosas que decirte, mil estrellas para prometerte y promesas que esta vez cumpliré, confía en mí. No te vayas por favor. No sé ser yo sin ti, ¡por favor!, no te vayas...

Comentarios

  1. Tranquil@. Me he levantado y llamado al camarero para que me traiga otro café.
    No me voy.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mari@ te lo agradece de corazón :) Te pido también un trozo de tarta. Un abrazo enorme :)

      Eliminar
    2. ;) Es que, cuando me dice esas cosas y termina diciendo: "Confía en mí"... confío.
      No debería ¿verdad?... o ¿Sí?...

      Eliminar
    3. Mari@ está confundido, seguramente quiere creerse a sí mism@ más de lo que quieren que le crean los demás. Todo merecemos una segunda oportunidad, ¿no? :)

      Eliminar
  2. Lo primero: genial el título delibesiense.
    El título te pone en la nube de (cerca de) la situación antes de leer nada.
    El tartamudeo de dudas de Mario te identifica hasta que ella (creo) empieza a argumentar sus razones por boca de Mario.
    A partir de ahí todo se te va deshaciendo con y como Mario como arena que aplasta: no hay un final de cuchillo, solo hay un final que va cayendo sobre el lector poco a más ya desde la mitad del texto.
    El patetismo de la situación de Mario llega con esa tristeza... que se llega a sentir.

    Genial diálogo monologuizado. Genial tinta. Me ha gustado mucho ;-)

    PD: Mario llevaba cámara oculta, pídesela y así te ahorras un dinero XD

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Pues a propósito del título, ¿no te has dado cuenta de que Mario está muerto? Está muerto de amor, antes de llegar a la cita, porque en el fondo es sólo una última súplica, una oportunidad que se debe a sí mismo aunque sabe que ella ya hace tiempo que está lejos de él y que la perdió. Pero la esperanza es lo último que se pierde, ¿no? Me alegro mucho de que te haya gustado, y me gusta tu análisis del texto :) Como dices, Mario va debilitándose poco a poco...caen los granos del reloj de arena y se sume en la tristeza final, no había mucho que hacer. Gracias por leerme y comentarme, un placer :)
      PD: xD yo a veces uso la grabadora cuando me vienen ideas, pero no estaría mal una minicámara de bolsillo :)

      Eliminar

Publicar un comentario