De cables y acero.
Máquina autómata que dice palabras huecas de miedo y silencio.
Amasijo de hierros que programó un ciego falto de oídos y de corazón.
Engranaje de tuercas que ya no dan vueltas porque les falta el aceite, la sal y el limón.
Cacharro con tapas y nariz de hojalata que chirría en clave palabras... de miedo y silencio.
Pero por suerte, tu máquina nunca llegará a esos extremos :-) Yo lo sé.
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